Fernando Chelle

 

La madeja

 

 

En la punta del ovillo estaba el llanto,

dormido, agazapado en las tinieblas del todo.

En ese lío a disiparse por calles grises y ríos negros

se escondía, el primer acorde del suspiro.

El sol en lo alto,

engendrado por el balbuceo sur de una vieja guitarra

y el grito verde y llano de la pradera,

fue luz original de la poesía.

El después es el ahora,

el tiempo donde devano los sueños

donde las palabras,

cada vez más precisas,

no intentan llegar a la otra punta.

 

Agua de río

 

La sombra de una caña se parte a la orilla del río

tiembla sobre las hojas de luz, sobre los gajos de sol

dispersos en una alfombra que pasa.

El tiempo allá arriba cruza raudo, en una nube,

muelles, manos, peces, agua, sangre, ojos,

todo va allí, en esa mancha que se transforma

que tiene prisa, que será río.

Esta fuerza fecunda que hace temblar la luz sobre su lomo

este tajo en la tierra, arrebato de nube y tiempo

es el transcurso irreversible hacia el olvido.

 

Arrepentimient0

 

Lo confieso,

He asesinado mariposas.

Solía salir junto a mi hermano

cuando el sol calcinaba la siesta

armado de una rama,

cuanto más frondosa mejor.

El día, que caía

cuesta abajo

a morir en el río

se fragmentaba en mariposas

las había amarillas

naranjas en su mayoría

y otras

que parecían tener un reloj entre las alas.

Venían volando por la claridad

esquivando invisibles

como si supieran

de la existencia del gigant

e que las esperaba.

Venían zigzagueando

su tiempo de serpentina

regalando su frágil belleza

sin prever

la precipitación de rama

de naturaleza violentada.

Venían con el sol de las chicharras

en su baile arrítmico y silencioso

a morir a plena luz

en lúdico asesinato.

¡Qué pena da confesarlo!

he asesinado mariposas

he sido un vil soldado

que levantó sus armas

contra la belleza.

 

Posibilidades

 

El pájaro en el aire no sueña con horizontes

es solo un punto, un fragmento gris de la mañana

. Se sabe único y es todos los pájaros,

o quizás sea,

un estado superior del alma

el tránsito del amor en el cielo

un simple juego del viento

o un mensajero de Dios.

 

Cortejo lingüístico

 

A veces las palabras me miran desde lejos

las observo

trato de acercarme

pero me esquivan,

siguen allí

buscan ser conquistadas

ubicarse en mi poema,

no de cualquier manera,

buscan ser cortejadas

seducidas,

luego sí,

se acuestan en la línea de mis versos.

 

Muerto en la vía

 

En ese auto muerto en la calle

esqueleto metálico de pies de barro

sombra de yuyos en las piedras,

en otro tiempo,

se transportaron sueños.

En ese hostal de la injusticia

rojo de óxido y de rabia

donde las ratas heredaron el uso de la nada,

en otro tiempo,

se movieron los muertos.

 

La casa de los pájaros

 

Aquel árbol era la casa de los pájaros

la sombra no era más

que un defecto profesional de viejo pino

las piñas no eran más

que rústicos adornos,

el viejo pino inclinado

donde yo me trepaba cuando niño

era la casa de los pájaros.

 

Égloga que no fue

 

El dulce lamentar de un pastor…

¡cómo me hubiera gustado comenzar de esa manera!

pero no puedo.

Lejos estoy del llanto de Salicio

y del bucólico verso de Garcilaso,

el campo para mí es algo ajeno

donde apenas disfruté de algún caballo

de un cielo con estrellas,

lo demás, salvo el viento, no me pertenece.

La tierra apuñalada…

poste y cultivo

poste y ganado

poste, poste y alambrado.

¿Qué poesía hay allí?,

apenas humo de monte

sombra de árbol en el llano

silencio,

nada.

 

Reflejo

 

Algunas veces veo en el estanque

sobre un tapete de luz infinita

temblar de frío a la luna

. Pienso que el agua,

no la culpo por eso,

al sentirse presa y sola

en las noches heladas,

sueña y se cobija

con historias de apariencias.

 

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Fernando Chelle
Fernando Chelle es poeta, ensayista y crítico literario. Nació en Mercedes (Uruguay), el 14 de noviembre de 1976. Desde el año 2011 vive en la ciudad de Cúcuta (Colombia). Ha publicado los libros: Poesía de los pájaros pintados (Colombia, 2013), Curso general de lectoescritura y corrección de estilo (Colombia, 2014), El cuento fantástico en el Río de la Plata (Colombia, 2015), Muelles de la palabra (Colombia, 2015) y Las otras realidades de la ficción (Colombia, 2016). Ha formado parte de diferentes antologías poéticas, y participado como conferencista en diversos encuentros de escritores y ferias del libro. Sus poemas, ensayos y críticas literarias se han publicado en revistas, periódicos y portales literarios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Dinamarca, EE.UU, España, Francia, Honduras, Italia, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, Suecia, Uruguay y Venezuela. Parte de su poesía ha sido traducida al italiano y al portugués. Es miembro coordinador del Parlamento Nacional de Escritores de Colombia y cónsul, en Uruguay, del Parlamento Internacional De Escritores de Cartagena.